Los manifestantes, con la destacada activista palestina Ahed Tamimi a la cabeza, han marchado este sábado por el centro de Londres, capital británica, para expresar su apoyo a la causa palestina y denunciar los recientes bombardeos y el bloqueo israelí contra Franja de Gaza.
“Liberen a Palestina”, han coreado los manifestantes a su paso por la calle Whitehall, donde se ubican varios edificios gubernamentales, y por la avenida Downing Street, donde se encuentra la residencia oficial de la primera ministra británica, Theresa May.
Justamente, al frente de la casa de la premier, los manifestantes han desplegado una gran tela con un mensaje en que se exigía al Reino Unido que dejara de vender armas al régimen de Tel Aviv.
Los manifestantes también han exigido que se respete el derecho de retorno de los refugiados palestinos, desterrados en el Día de la Nakba (de la catástrofe), fecha en la que la violencia israelí provocó la expulsión masiva de la población palestina y la creación de Israel en 1948.
Ahed Tamimi, quien se convirtió en un símbolo de resistencia del pueblo palestino después de que fuera encarcelada en 2017 por abofetear a dos soldados israelíes en Cisjordania, ha subido al escenario y dicho que se niega a ser definida como una víctima, pero en cambio sí como una luchadora por la libertad.
La marcha fue convocada por varias organizaciones pro Palestina y respaldada por el líder del Partido Laborista (PL), Jeremy Corbyn, quien ha asegurado que sus partidarios condenan los abusos que cometen los militares israelíes, y ha anunciado que, de ganar las elecciones en 2020, reconocerá al Estado Palestino y abogará por el reinicio de negociaciones amparadas en la resolución de las Naciones Unidas.
Esta protesta ha tenido lugar en medio de anuncios de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su yerno, Jared Kushner, revelarán en unos días el llamado “acuerdo del siglo”, un supuesto plan de paz que, conforme los análisis, aguarda más represión contra los palestinos.
Según este “acuerdo”, Trump pretende que Israel se expanda y tenga el control sobre todo el territorio palestino y de su capital histórica, Al-Quds (Jerusalén); además niega el derecho al retorno de los refugiados palestinos entre otras medidas prosionistas.
Los palestinos rechazan la pretensión de Washington de actuar como mediador en el conflicto con Israel, pues consideran que Trump no es parcial, al contrario, es proisraelí, como evidencia el hecho de que reconociera a Al-Quds como capital israelí.
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