En una entrevista concedida el domingo a la cadena británica BBC, Cameron aseguró que los elementos del grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe) “han declarado la guerra al Reino Unido”.
El premier todavía conmocionado por los actos de terroristas en Túnez, donde algunos británicos perdieron la vida, dijo que las tentativas mortales de extremistas no quedarían sin respuesta.
Asimismo, aseveró que el Reino Unido se encuentra en alerta máxima, para luego reiterar que el Gobierno de Londres desplegó efectivos en diferentes partes del país para repeler cualquier atentado.
En otra entrevista con el diario británico Daily Telegraph, repudió los sucesos en Túnez y precisó que los británicos han de ser más intolerante ante la intransigencia de los terroristas.
De igual manera, hizo énfasis en la importancia de erradicar a Daesh en Siria, Irak y Libia. Según las declaraciones de Cameron, para derrotar al EIIL, los Gobierno de los tres países mencionados deben aunar esfuerzos para fortalecer las instituciones estatales y acabar con el vacío político.
Cameron también se refirió a la ola de los europeos que engrosan las filas de Daesh y precisó que las autoridades occidentales tienen el compromiso de neutralizar la ideología extremista del EIIL para evitar que continúe ese fenómeno.
Hace dos semanas, el coordinador de la lucha contra el terrorismo de la Unión Europea (UE), Gilles de Kerchove, informó de la adhesión de unos 4 mil ciudadanos europeos a las filas terroristas en Siria.
Cabe mencionar que el número de las víctimas mortales del atentado terrorista no es claro, ya que el Gobierno de Londres que confirmó la muerte de 18 británicos por atrocidades de Daesh en Túnez, recientemente ha indicado la posibilidad del incremento de la cifra de muertos hasta treinta.
El atentado ha provocado que la Policía del Reino Unido haya adoptado máximas medidas de seguridad para impedir un posible ataque similar dentro del territorio nacional. Asimismo, miles de británicos han vuelto a su país tras el episodio de violencia en Túnez.
Para las autoridades del país europeo, el ataque se considera como el más letal contra los británicos desde los atentados terroristas del 7 de julio de 2005 en la red de transporte en Londres (ciudad capitalina), que segó la vida de unos 52 ciudadanos.
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