El desastre se produjo en los estados de Texas, Arkansas, Oklahoma y Kentucky, causando destrucción a su paso.
Así se evidencia la destrucción dejada por los tornados y tormentas en la región conocida como “grandes llanuras” en Texas. El Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU contabilizó 25 tornados tan sólo el sábado. La declaración de emergencia se dio inmediatamente.
Los fuertes vientos dejaron sin casa ni pertenencias a numerosas familias, quienes han contado su angustiante experiencia con gran horror.
Una residente afectada lo describió como un fenómeno devastador.
“Fue la cosa más aterradora que jamás haya experimentado y no se lo deseo a nadie. Fue tan aterrador para mis hijos que lo único que quiero es que estemos a salvo. En ese momento, ayer, no estaba tan triste ni tan asustada como estoy al ver todos los daños que causaron, todas las vidas que se llevaron”.
Aproximadamente 300 mil personas en estos estados, incluyendo Texas, se quedaron sin electricidad.
Previo a este temporal, Estados Unidos llevaba reportados 833 tornados hasta el 20 de mayo, superando el promedio histórico desde que hay registros. El país se prepara ahora para una temporada de huracanes en el Atlántico potencialmente “extraordinaria”, que comenzaría el 1 de junio.
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