Dicen que “Mala yerba nunca muere”. El expresidente de EE.UU., Donald Trump, mantiene sus aspiraciones presidenciales después de los anuncios de una tercera sesión de encausamiento con cuatro cargos criminales por su rol en la intentona golpista del 6 de Enero de 2020.
Increíblemente, datos señalan que a pesar de los encausamientos y evidencias en su contra, Trump mantiene popularidad por encima de sus rivales políticos si se realizaran elecciones generales.
Según una encuesta presentada de la BBC de Londres, Trump concentra el 53 % de intención de voto a nivel nacional. Esto, sin embargo, revela una tendencia preocupante en la democracia estadounidense. ¿Cómo puede ser que parte de la nación está dispuesta a reelegir (Estadísticamente) a Trump a pesar de sus antecedentes criminales, racismo y evidente incompetencia como mandatario? Analistas explican.
Muchos estadounidenses recuerdan el Caso Watergate como una evidencia de que la corrupción permea el estamento político. Con Trump, otros confirman que en EE.UU. no existe un proceso democrático, sino una repartija de poder, en donde este último jugó y juega el rol asignado de acuerdo a las necesidades del poder político y sus aliados corporativos.
Todo ello con el fin de manipular la democracia y el voto; así como las pasiones sociales derivadas del malestar colectivo.
Marcelo Sánchez, Washington
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