La residencia neoyorquina de ancianos Isabella confirmó el viernes la muerte en sus instalaciones de 98 residentes como consecuencia de la pandemia del nuevo coronavirus.
En medio de la emergencia sanitaria, la residencia de ancianos tuvo que pedir un camión frigorífico para almacenar los cuerpos debido a que las funerarias están desbordadas y tardan días en hacerse cargo de los cadáveres.
“Es absolutamente horrible”, admitió el alcalde neoyorquino, Bill de Blasio.
Los responsables del centro confirmaron que desde el miércoles 46 adultos mayores que dieron positivo a la COVID-19 habían muerto, además, informaron de otros 52 “posibles casos” de contagio. Algunos fallecieron en el centro y otros luego de ser atendidos en hospitales.
Desde el inicio del brote hasta el jueves, ya se han registrado 3065 fallecidos en asilos neoyorquinos. A nivel estatal, ya son más de 67 410 las muertes y más de 1 160 187, los infectados, según los últimos datos del portal worldometers.
La ciudad de Nueva York se ha convertido en el epicentro de la pandemia de la COVID-19 en Estados Unidos, con más de 17 mil fallecidos.
Debido al alto número de muertos por el brote en esta ciudad, la “falta de espacio” ha agobiado a las funerarias, por lo que muchos ciudadanos están optando por la cremación de sus seres queridos.
Pero esto también se ha convertido en otro problema, porque los crematorios se encuentran tan abarrotados que, para cumplir los encargos, necesitan una semana, tiempo en que los cadáveres deben permanecer sin refrigeración.
Mientras que la situación en Estados Unidos empeora día a día, el presidente Donald Trump alega que puede controlar la propagación del virus.
Las recomendaciones y medidas de Trump ante el brote de la COVID-19 han sido objeto de críticas y rechazos de muchos expertos en salud, que instan a no seguir los consejos del mandatario.
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