“Nos hemos aislado a nosotros mismos. Existe el peligro de que, si pasa algo, no tengamos la capacidad de llamarlos para que vengan en nuestra ayuda y cooperen con nosotros”, plantea el senador demócrata John ‘Jack’ Reed, citado este domingo por el periódico capitalino estadounidense The Hill.
La víspera, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, había reiterado la oposición de su país a la estrategia de acoso y “máxima presión” adoptada por Washington contra Irán, en contra de la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), estimando que la línea norteamericana “no funcionará”.
Los Gobiernos de Europa occidental, advierte el senador de Rhode Island —miembro de la comisión senatorial de Servicios Armados—, están “bastante preocupados” porque los pasos dados por el presidente estadounidense, Donald Trump, contra Irán desde hace más de un año “están acelerando las tensiones, en lugar de decelerarlas”.
Angus King (de Maine), otro senador demócrata, reconoce por su parte no tener la seguridad de que los Gobiernos europeos vayan a apoyar a Washington en su escalada contra la República Islámica. King es miembro tanto de la comisión de Servicios Armados como de la de Inteligencia.
Nos hemos aislado a nosotros mismos. Existe el peligro de que, si pasa algo, no tengamos la capacidad de llamarlos para que vengan en nuestra ayuda y cooperen con nosotros”, alerta el senador demócrata estadounidense John ‘Jack’ Reed respecto a la política antiraní del presidente Donald Trump.
A principios de semana, el Gobierno español en funciones de Pedro Sánchez ordenó la retirada de la fragata Méndez Núñez del grupo de ataque estadounidense encabezado por el portaviones nuclear Abraham Lincoln, que se dirigía hacia el Golfo Pérsico en un movimiento iniciado tres semanas antes tras una serie de declaraciones belicistas de responsables norteamericanos.
Las fricciones transatlánticas no se limitan además a las diferencias respecto a Irán, sino que la creciente aspiración europea a emanciparse de la “tutela” norteamericana se ve también en la reciente amenaza explícita con “restricciones” de Washington si no se revierten el Reglamento del Fondo Europeo de Defensa y las condiciones generales de la Cooperación Permanente Estructurada (Pesco, por sus siglas en inglés).
La actual escalada de tensiones comenzó a principios de mayo, al lanzar EE.UU. nuevas amenazas a los socios de Irán, en particular respecto a intercambios regulados por el acuerdo nuclear de 2015, lo que fue recibido con una expresión de “pesar” por la Unión Europea (UE) y los Ministerios de Exteriores alemán, británico y francés.
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