Han lanzado gases lacrimógenos contra los migrantes que intentaban cruzar la frontera con Estados Unidos desde Tijuana (México), según ha reportado la agencia británica de noticias Reuters, citando a un testigo presencial, cuya identidad no revela el medio.
“Nubes de gas se observaron alrededor de la cerca en la frontera con San Diego y uno de los migrantes tomó uno de los contenedores para arrojarlo de vuelta hacia territorio estadounidense”, explica el testigo.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP, por sus siglas en inglés) ha confirmado la noticia en un comunicado, pero afirma que los agentes estadounidenses dispararon gases contra los migrantes después de que estos les arrojaran piedras.
El testigo de Reuters asegura, sin embargo, que él no vio a ningún migrante arrojando piedras a los agentes fronterizos estadounidenses y documentó en una fotografía el momento en que un migrante fue golpeado por lo que parecía ser un contenedor de gas.
En 2018 unos 376 migrantes murieron en la frontera entre México y EE.UU., donde miles de personas están varadas en busca de llegar a suelo estadounidense, según reportó el lunes el Proyecto de Migrantes Desaparecidos.
Nubes de gas se observaron alrededor de la cerca en la frontera con San Diego y uno de los migrantes tomó uno de los contenedores para arrojarlo de vuelta hacia territorio estadounidense”, según ha dicho un testigo presencial en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ferviente partidario de la mano dura contra la migración, ha blindado las fronteras del sur del país para impedir que miles de migrantes procedentes de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, etc. lleguen a Estados Unidos, donde pretenden solicitar asilo.
El Gobierno estadounidense incluso ha autorizado a sus soldados desplegados en la frontera con México a usar la “fuerza letal” contra los migrantes, si lo creen necesario.
Trump está además en el ojo del huracán incluso en su propio país por la muerte, en un solo mes, de dos niños guatemaltecos que estaban bajo la custodia de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP, por sus siglas en inglés). Ambos menores habían sido detenidos por agentes estadounidenses tras cruzar de forma ilegal la frontera desde México
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