Según el proyecto del texto de dicha orden, titulada 'Protegiendo a la nación frente a los ataques terroristas por parte de extranjeros', los países señalados son Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria, Yemen e Irán.
Bajo esta orden, EE.UU. suspenderá la emisión de visados, por lo menos 30 días, a la mayoría de ciudadanos de los siete países mencionados mientras la Administración estadounidense renueve sus procedimientos de investigación. La mayoría de los extranjeros que quiere entrar en Estados Unidos debe primero obtener una visa.
Si bombardeamos a un país o ayudamos a desestabilizar su sociedad, entonces prohibiremos que sus ciudadanos puedan refugiarse en Estados Unidos”, escribe Zaid Jilani en su texto.
“Con el fin de proteger a los estadounidenses, debemos asegurarnos de que los admitidos en este país no tengan actitudes hostiles hacia nuestro país y sus principios fundadores”, de esta manera se justifica en el texto la prohibición de entrada a los ciudadanos de esos países musulmanes.
Según un análisis de Zaid Jilani publicado este jueves en la página Web The Intercept, los países que serán sometidos a esta sanción tienen en un denominador común: haber sido escenarios de intervenciones violentas por parte de EE.UU., cuyas fuerzas han estado o están bombardeando a seis de ellos menos a Irán, país con el que tiene una larga historia de intervenciones incluido un reciente ciberataque.
“Si bombardeamos a un país o ayudamos a desestabilizar su sociedad, entonces prohibiremos que sus ciudadanos puedan refugiarse en Estados Unidos”, ha dicho Zaid Jilani en su texto, explicando esta paradoja que se encuentra detrás de la orden ejecutiva que va a firmar el nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump:
Irak
Cuatro consecutivos presidentes de EE.UU. han bombardeado este país árabe. Después de una década de brutales sanciones que perjudicaron principalmente a la sociedad civil iraquí en lugar de su liderazgo, la invasión liderada por EE.UU. en 2003 ha provocado cientos de miles de muertos y la siguiente desestabilización ha convertido a Irak en lo que muchos lo llaman la “capital mundial del terrorismo”.
Libia
Desde ataques aéreos en 1986 hasta la intervención militar de 2011 e incluso los recientes ataques contra las posiciones del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Libia, país ha sido casi siempre un sitio de las acciones militares de EE.UU. Algunos de los refugiados que huyen del país han dicho que prefieren “morir en el mar” que regresar a su país.
Somalia
Este país africano siempre ha sido uno de los puntos focales de la guerra de los drones de Estados Unidos, país que también apoyó la invasión de Etiopía a Somalia. Washington contribuyó poco a estabilizar un territorio que está en perpetua crisis humanitaria, añade el artículo.
Sudán
En 1998, Estados Unidos hizo explosionar la planta farmacéutica Al-Shifa, que fabricaba más de la mitad de los productos farmacéuticos del país africano. Aunque el ataque supuestamente estaba dirigido a la red terrorista de Al-Qaeda, liderado por el difunto Osama Bin Laden, nunca surgió tal vínculo.
Siria
EE.UU. y sus aliados han estado apoyando a grupos ‘rebeldes’ en la guerra civil de Siria durante años. Washington ataca también a Daesh y a otros grupos takfiríes en una extensa campaña de guerra aérea. La violencia en todas las partes del país ha provocado muchos muertos y ha llevado a millones de sirios huyendo del país, fomentando la peor crisis de refugiados en los tiempos modernos.
Yemen
Además de ser uno de los principales campos para los drones estadounidenses, la Casa Blanca también ha desempeñado un papel significativo en el apoyo a la ofensiva liderada por Arabia Saudí contra los yemeníes, que ha dejado miles de muertos y millones de hambrientos, y ha provocado el resurgimiento de grupos terroristas.
Irán
El país persa sufrió en 1953 un golpe de Estado organizado por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, en inglés) que llevó a Mohamadreza Pahlavi al poder, quien gobernó el país hasta su derrocamiento en la Revolución Islámica en 1979. Después, Washington respaldó al dictador iraquí Saddam Husein en la guerra impuesta contra la recién nacida República Islámica de Irán incluso cuando se dio cuenta de que Bagdad está utilizando armas químicas contra la población civil iraní.
Además, en 1988, la Marina estadounidense derribó “por error” un avión civil iraní, asesinando a todas las 290 personas a bordo. Más recientemente, Irán ha sido blanco de uno de los primeros ataques cibernéticos perpetrados por un Gobierno; EE.UU. y el régimen de Israel enviaron el virus Stuxnet para destruir los sistemas del programa de energía nuclear del país.
“Y considere que Irán, donde Al-Qaeda, EIIL y otras organizaciones terroristas antiestadounidenses no tienen un punto de apoyo, está incluido (en la lista de Trump), pero Arabia Saudí, de donde vinieron 15 de los secuestradores del 11 de septiembre (de 2001) y que ha sido una fuente de financiamiento para los grupos extremistas, no está incluido”, concluye el artículo.
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