La presidenta del Partido Demócrata estadounidense ha anunciado este domingo que renunciará a su cargo al finalizar la Convención Nacional que comienza el lunes en Filadelfia y deberá formalizar la candidatura presidencial de Hillary Clinton.
El anuncio de Wasserman Schultz se ha conocido después de dos jornadas de intensas presiones internas dentro del partido para que abandonase el cargo a raíz de las revelaciones de Wikileaks en las que muestra unos 20 mil correos internos de varios altos miembros de la formación haciendo una campaña negativa contra Sanders en las primarias a favor de Clinton.
En este sentido, Sanders ha afirmado que no le sorprende esta revelación. Pero asegura que lo que sí le sorprende es que nadie le ha pedido perdón sobre este agravio.
Durante la campaña el senador por el estado norteño de Vermont había acusado abiertamente a Wasserman Schultz de no desempeñar su función de presidenta del partido de forma neutral, y le pedía su dimisión.
Ellos decían que eran neutrales, y nosotros sabíamos que no lo eran. Ahora tenemos la evidencia de que buscaban plantar historias negativas sobre Sanders. Los electores están furiosos, y tienen razón", ha declarado el que fuera jefe de la campaña de Sanders, Jeff Weaver.
"Ellos decían que eran neutrales, y nosotros sabíamos que no lo eran. Ahora tenemos la evidencia de que buscaban plantar historias negativas sobre Sanders. Los electores están furiosos, y tienen razón", ha declarado el que fuera jefe de la campaña de Sanders, Jeff Weaver.
Por su parte, Shultz ha advertido que su renuncia será efectuada tras nombrar a Clinton como la candidata demócrata a la Casa Blanca durante la reunión del partido en la ciudad de Filadelfia, a la que asistirán unos 4700 delegados y dirigentes de la formación.
No obstante, los delegados a favor de Sanders no descartan a volver a continuar con su movimiento 'Bernie o nada", mientras se anuncian protestas de los seguidores del senador en las mediaciones del evento.
Con este escándalo, se toma fuerza la idea de que algunos estudios indican una alta probabilidad de que los simpatizantes de Sanders no acepten votar por Clinton o hasta voten por el candidato republicano, Donald Trump para impedir que la exsecretaria de Estado pase a ocupar la Casa Blanca.
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