En su intervención en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU), el representante permanente de Irán ante la ONU, Amir Said Iravani, reafirmó el viernes el derecho de Teherán a la legítima defensa y criticó duramente a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) por su silencio ante los ataques israelíes contra instalaciones nucleares de la República Islámica, advirtiendo que esta pasividad “erosiona su credibilidad”.
El diplomático subrayó que Israel ha declarado abiertamente que continuaría sus ataques “todo el tiempo que sea necesario”, y expresó su preocupación por informes “creíbles” que sugieren que EE.UU. podría unirse al conflicto, un hecho que a su juicio es una violación del Tratado de No Proliferación (TNP) Nuclear.
Iravani acusó a EE.UU. y Francia de “hipocresía estructural” por aplicar selectivamente el derecho internacional, ignorándolo cuando beneficia a sus aliados. Reiteró que el programa nuclear iraní es “exclusivamente pacífico” y el más vigilado del mundo, contrastándolo con Israel, que posee armas nucleares no declaradas y se niega a adherirse al TNP, obstaculizando así la desnuclearización de la región de Asia Occidental.
El embajador iraní catalogó los ataques israelíes como “violaciones claras de la Carta de la ONU”, por el uso ilegal de la fuerza (según consta el artículo 2.4) y crímenes de guerra contra civiles. Al respecto, alertó que la situación se agravaría por la “participación directa de EE.UU.”, cuyas amenazas públicas de atacar instalaciones nucleares iraníes se consideran una flagrante violación del derecho internacional.
Iravani reafirmó que Irán ejercería su legítima defensa (según el artículo 51 de la Carta de la ONU) hasta que el Consejo de Seguridad condenara la agresión israelí y aplicara medidas coercitivas bajo el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.
Desde el comienzo de las agresiones militares de Irán contra Irán, el 13 de junio, la República Islámica ha denunciado la complicidad de Estados Unidos y Occidente, subrayando que el apoyo total de los países occidentales a la entidad sionista ha quitado sentido a los procesos diplomáticos.
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