Los autobuses de la Federación Nacional de Trabajadores del Transporte Social Cristianos, que viajan a distintas provincias fronterizas con Haití, tienen prohibido de manera terminante transportar nacionales de ese país, sin importar si su estatus migratorio es legal o se trate de un indocumentado.
Las organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes condenan la disposición y la califican como racista y contraria al respeto de los derechos humanos.
El secretario general de la ruta del esclavo de la UNESCO, Darío Solano, afirmó que no montar a nacionales haitianos en sus autobuses es aberrante y atenta contra la dignidad humana.
Entre la ciudadanía, la decisión y el pedido de que se prohíba a los ciudadanos del país vecino abordar unidades del transporte interurbano es también tema de controversia.
Diariamente, una importante cantidad de ciudadanos de Haití se movilizan entre las ciudades dominicanas cercanas a la frontera con el vecino país.
Hasta el momento, ningún grupo, excepto la Federación Nacional de Trabajadores del Transporte Social Cristianos, ha prohibido a los nacionales de Haití subirse en sus autobuses.
Stephanie Andújar, Santo Domingo.
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