El subcomandante de Operaciones del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el general de división Abás Nilforushan, ha destacado este miércoles el “éxito” de la operación ‘Tormenta de Al-Aqsa’, lanzada el pasado 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), con sede en Gaza, contra Israel.
“La Tormenta de Al-Aqsa era una operación en miniatura, a escala reducida de la operación de Resistencia islámica para eliminar a la entidad sionista, y mostró hasta qué punto ha tenido éxito”, ha señalado.
Ha aseverado que el operativo era “sin precedente” en los últimos 75 años y sorprendió a la cúpula política y militar de la ocupación. “La operación […] fue tan grande que en los primeros minutos logró hacer tambalear el punto de fuerza y equilibrio del régimen sionista, obligando a Estados Unidos a intervenir y entrar inmediatamente en la región y en los territorios ocupados”, ha precisado.
La ofensiva palestina, ha agregado, provocó una gran confusión y desesperación entre las autoridades del régimen y la fuga de muchos colonos de la Palestina ocupada, “lo que obligó al Comando Central de EE.UU. a asumir el control del régimen israelí”.
El alto mando castrense ha dicho que el operativo puso al desnudo la vulnerabilidad de Israel. “La operación Tormenta de Al-Aqsa mostró cada vez más que las predicciones sobre el colapso del régimen falso e infanticida sionista se cumplirán más temprano de lo que se pensaba”, aduce.
La ofensiva palestina, que involucró más de 5000 cohetes desde el enclave costero palestino hacia los territorios ocupados, y la infiltración de más de un millar de combatientes de HAMAS por mar, aire y tierra en los asentamientos israelíes, derribó el mito de invencibilidad de Israel.
HAMAS ha alertado una y otra vez que lo que está sucediendo en Gaza podría conducir a una guerra regional que el enemigo y sus partidarios no podrán controlar.
La Resistencia palestina asegura que, a pesar de la brutalidad y los crímenes de los sionistas, tiene la batuta en esta batalla y subraya que la Tormenta de Al-Aqsa es el inicio del fin de Israel.
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