El comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y el subcomandante de las fuerzas populares iraquíes Al-Hashad Al-Shabi, Abu Mahdi al-Muhandis, cayeron mártires en la madrugada del viernes en Bagdad, capital de Irak, en un atentado terrorista perpetrado por orden directa del presidente de EE.UU., Donald Trump.
El cobarde asesinato del notable general iraní se produjo después de que Trump culpara a Teherán del ataque de una multitud de iraquíes a la embajada estadounidense en Bagdad (capital iraquí) y amenazara al país persa con que pagaría un “alto precio”. Teherán, a su vez, rechaza las acusaciones.
Soleimani fue blanco de muchos complots y planes de asesinato. En octubre pasado, el CGRI informó de la frustración de una conspiración árabe-israelí para asesinar a este general iraní. Recibió también varias amenazas de muerte desde el servicio de inteligencia de Israel (el Mossad).
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