“Una revisión de las políticas adoptadas por los enemigos de la Revolución Islámica (1979), con EE.UU. y el régimen sionista (israelí) a la cabeza, demuestra que todos sus planes han fracasado y les han perjudicado a ellos mismos”, ha subrayado el comandante del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de división Mohamad Ali Yafari.
Hablando este viernes en un acto oficial en Teherán, capital persa, el comandante Yafari ha asegurado que la situación en la región de Asia occidental habría sido mucho peor, si no hubiera sido por la Defensa Sagrada de Irán (Guerra impuesta por el exrégimen baasista de Irak contra Irán entre 1980-1988).
Una revisión de las políticas adoptadas por los enemigos de la Revolución Islámica (1979), con EE.UU. y el régimen sionista (israelí) a la cabeza, demuestra que todos sus planes han fracasado y les han perjudicado a ellos mismos”, subraya el comandante del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, Mohamad Ali Yafari.
Ha destacado el éxito de Irán y el movimiento de Resistencia antiisraelí en afrontar los planes expansionistas del régimen israelí. “Israel habería multiplicado su pequeño tamaño, si la Revolución Islámica y la Resistencia Islámica no lo hubieran impedido”.
El comandante Yafari ha señalado que debido al relevante papel que desempeña Irán en la región, otros países se ven obligados a consultar todo con la República Islámica, incluso hasta el destino de los Estados de la zona, en particular Siria.
La República Islámica de Irán y Rusia han sido dos principales aliados del Gobierno sirio, al que han ayudado en la lucha contra el terrorismo, un flagelo que azota al país árabe desde el año 2011.
Irán participó el sábado en la última ronda de conversaciones destinadas a poner fin a la crisis siria en la ciudad suiza de Lausana. No obstante, la cita a la que acudieron también los representantes de EE.UU., Rusia, Irak, Arabia Saudí, Turquía, Catar, Jordania y Egipto, terminó sin que se emitiera un comunicado conjunto.
Desde el inicio de los conflictos, Teherán ha asegurado en reiteradas veces que la solución de la crisis de Siria no pasa por la vía militar, sino está en manos de su pueblo.
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