Los tres ataúdes datan de la dinastía XXII (945-712 a. C.) y llegaron al museo desde la actual Tebas, en Egipto, entre 1901 y 1902. No había momias dentro.
Los primeros dos ataúdes ya tenían registros y documentación previa, mientras que del interior de otro ataúd no había documentación moderna por razones desconocidas.
“Era muy emocionante levantar la tapa colorida del ataúd de Ankh-khonsu, examinar por primera vez su interior y encontrar allí la hermosa imagen del dios del sol”, indicó Peter Der Manuelian, profesor de egiptología y director del Museo Semítico de Harvard.
La pintura amarilla, naranja y azul estaba cubierta de una gruesa capa de resina oscura. De acuerdo con el científico, los jeroglíficos junto a la figura dicen “Ra-Horakhty, el gran Dios, señor del cielo”.
En el ataúd de Mut-iy-iy también se encontró una imagen de la diosa del cielo Nut. Lleva una prenda de color azul y trae un ankh, símbolo de la vida, en cada mano. Sus brazos, que se extienden por los lados del ataúd, tendrían que abrazar a la momia que estaba dentro.
El hallazgo fue el punto culminante de un proyecto de investigación, cuyo objetivo es crear un registro visual digital completo de los ataúdes, para luego compartirlo con estudiantes, investigadores, visitantes de museos y otros entusiastas.
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