En un discurso televisado mantenido este martes en el Centro Sejong para las Artes Escénicas de Seúl en el marco del 72º aniversario del fin de la II Guerra Mundial y la liberación del país surcoreano del dominio colonial japonés (1910-1945), Moon ha asegurado que la cuestión nuclear de Corea del Norte debe ser “absolutamente resuelta pacíficamente” y los Estados Unidos necesitarán la aprobación de Corea del Sur para emprender acciones militares, según informa la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
“Una acción militar en la península coreana sólo puede ser decidida por la República de Corea y nadie puede tomar medidas militares sin el consentimiento de Seúl”, ha reiterado el mandatario surcoreano en reacción a las recientes amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, en la que afirmó el 8 de agosto que todos sus planes militares contra Pyongyang están a punto y listos para entrar en acción.
El mandatario surcoreano, asimismo, ha hecho hincapié en que la crisis en curso en la península coreana ha de resolverse “totalmente de manera pacífica”, aseverando que su Gobierno pondrá todo necesario en marcha para evitar otra guerra en la señalada zona.
“Mantendremos nuestras puertas abiertas para el diálogo para asegurar que las tensiones entre el Sur y el Norte no se empeoren”, ha agregado.
Una acción militar en la península coreana sólo puede ser decidida por la República de Corea y nadie puede tomar medidas militares sin el consentimiento de Seúl”, afirma el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in.
La península de Corea vive momentos de alta tensión. Corea del Norte, inquieto por los actos hostiles de la Casa Blanca en su contra, entre ellos los simulacros de EE.UU. y Corea del Sur cerca de su territorio, ha prometido seguir desarrollando su programa de misiles y afirma que no le pondrá fin hasta que su enemigo cese las animosidades.
Corea del Sur, por su parte, se ofreció a dialogar con Pyongyang a fin de rebajar los ánimos bélicos, un ofrecimiento que el vecino norteño ha rechazado por considerarlo “no sincero”.
Mientras, el Gobierno de EE.UU. acusa a Corea del Norte de crear problemas, Pyongyang devuelve el golpe diciendo que la hostilidad de Washington en su contra ha convertido la región en un foco de tensión.
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