El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha exigido este lunes a las autoridades chinas que hagan una “investigación completa” sobre el presunto uso de un láser por parte de un buque chino para dificultar el vuelo de aviones de reconocimiento australianos en el mar de Arafura, entre Nueva Guinea y Australia.
“Esta denuncia de Australia es inconsistente con los hechos. Los buques chinos navegan por aguas internacionales con total normalidad”, ha respondido este lunes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Wang Wenbin, durante una rueda de prensa.
En este sentido, el diplomático chino ha llamado al Gobierno de Australia a respetar los legítimos derechos de los buques y abstenerse de divulgar información falsa.
Las acusaciones del funcionario australiano han llegado en el contexto de un intenso debate político en los últimos días sobre la amenaza que supone una eventual injerencia de Pekín en Australia de cara a las elecciones de este año en las que el Gobierno de Morrison busca reelección.
Las relaciones entre China y Australia se deterioran desde 2018 cuando Canberra excluyó a la empresa de telecomunicaciones Huawei de su red de 5G, a lo que se sumó la petición de Australia de una investigación sobre el origen de la COVID-19 en 2020, mientras que Pekín impuso aranceles a varios productos del país oceánico.
En septiembre pasado, Australia volvió a enfurecer a China rubricando un acuerdo de seguridad con EE.UU. y el Reino Unido, bautizado como AUKUS, para compartir tecnologías avanzadas, incluido el apoyo al desarrollo de submarinos nucleares por los australianos, como parte de las medidas para contrarrestar a China en el Indo-Pacífico.
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