“Hemos heredado el contrato de 15 000 millones de dólares firmado por Stephen Harper para la exportación de vehículos blindados ligeros a Arabia Saudí. (…) Estamos estudiando los permisos de exportación para ver si es posible dejar de enviar esos vehículos a Arabia Saudí”, declaró ayer domingo el premier en una entrevista con CTV.
El acuerdo con el régimen de los Al Saud que Ottawa debería anular por el asesinato del periodista opositor Jamal Khashoggi y por la agresión a Yemen liderada por Riad, explicó Trudeau a la cadena de televisión local, fue contraído por la unidad canadiense de General Dynamics Land Systems de exportación de vehículos blindados.
“El asesinato de un periodista es absolutamente inaceptable y por eso Canadá desde el principio ha estado reclamando respuestas y soluciones en este asunto”, enfatizó el premier canadiense. Khashoggi fue asesinado el 2 de octubre en el consulado de Arabia Saudí en Estambul (Turquía).
La venta fue firmada en 2014 por el Gobierno conservador de Stephen Harper y contempla la entrega a la monarquía saudí de 928 vehículos blindados ligeros 8x8 LAV 6 y de 119 cañones de 105 mm. Está considerado el mayor negocio de la historia de Canadá en el sector armamentístico.
Hemos heredado el contrato de 15 000 millones de dólares firmado por Stephen Harper para la exportación de vehículos blindados ligeros a Arabia Saudí. (…) Estamos estudiando los permisos de exportación para ver si es posible dejar de enviar esos vehículos a Arabia Saudí”, ha declarado el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Las declaraciones de Trudeau marcan un giro notable, pues a finales de octubre el premier calificó de “extremadamente difícil” cancelar el acuerdo por tener que pagar penalizaciones desorbitantes. “Las penalizaciones podrían superar los 1000 millones de dólares canadienses”, advirtió.
El caso Khashoggi ha colocado a la monarquía saudí y a su príncipe heredero, Muhamad bin Salman Al Saud, en una de sus peores crisis. Si bien el asesinato del periodista opositor no es el peor crimen cometido por Riad, ha tenido un eco internacional sin precedentes que ha obligado incluso a varios aliados occidentales del régimen de los Al Saud a tomar una postura crítica respecto a los saudíes para salvar su reputación.
Países europeos como Alemania, Países Bajos, Dinamarca y Finlandia han suspendido la exportación de armas al reino árabe, que las usa en sus indiscriminados ataques a Yemen, que han dejado más de 16 000 civiles muertos y provocado en el país más pobre del mundo árabe la peor crisis humanitaria del mundo.
Otros Estados, como Francia, han rechazado por el contrario siquiera aceptar preguntas sobre una posible anulación de la venta de armas a Riad, como hizo el presidente galo, Emmanuel Macron. En la misma vía, el Congreso de los Diputados español ha apostado por seguir vendiendo armas a Arabia Saudí.
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