Villas Boas, en una entrevista con el diario brasileño Estadao, consideró imposible que se dé un golpe de Estado contra el Gobierno de Rousseff, dado que a su juicio, todas las instituciones del país están cumpliendo su papel.
Nuestro papel es esencialmente institucional, legal y enfocado en el mantenimiento de la estabilidad para permitir que las instituciones cumplan sus funciones", declaró Eduardo Villas Boas.
"Nuestro papel es esencialmente institucional, legal y enfocado en el mantenimiento de la estabilidad para permitir que las instituciones cumplan sus funciones", añadió.
En los días recientes, Villas Boas destituyó al general Antonio Moraro por haber convocado a los oficiales de reserva para "una lucha patriótica" contra Rousseff mediante criticas y amenazarla con un juicio político.

El comandante brasileño, tras señalar que el pueblo no escucha a los militares como se había acostumbrado antes, recordó que el Ejército es una parte importante de la sociedad y del Estado.
Hace dos semanas, Villas Boas —designado por Rousseff a comienzos de año— había alertado del peligro de una "situación extremadamente difícil" que puede desembocar en una "crisis social”
Esta semana, volvió a hablar sobre la “crisis ética” y admitió que la corrupción está instalada en el país suramericano.
Esto ocurre mientras el 13 de octubre, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advirtió sobre un golpe de Estado contra la mandataria brasileña.
Actualmente, Brasil sufre la peor recesión de los últimos 25 años y enfrenta un enorme escándalo de corrupción surgido en el seno de la compañía estatal Petrobras; lo que ha hundido la popularidad de la presidenta a mínimos históricos.
El 6 de septiembre, la Fiscalía brasileña pidió a la Corte Suprema una autorización para investigar las actividades de los fondos para las campañas de Rousseff durante 2010 y 2014.
El 10 de septiembre, diputados de los cuatro más importantes partidos de la oposición brasileña conformaron un movimiento para impulsar un juicio político contra Rousseff a fin de destituirla por supuesto mal manejo de la crisis política y económica.
Por último, la Policía de Brasil inició el pasado 7 de octubre una investigación preliminar sobre las presuntas irregularidades en la campaña electoral de Roussef, tras una decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil de indagar las acusaciones contra la mandataria de supuesto abuso de poder y el uso de la estructura pública en la campaña.
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