El premier ha considerado como un "gran desafío" nacional las tareas de tratamiento y rehabilitación de los damnificados, en momentos que existe una fuerte escasez de tiendas y medicinas en el país.
El Gobierno nepalí ha declarado crisis nacional ante esta trágica situación que atraviesa el país, casi igual a la que vivió en 1934, cuando un fuerte sismo se cobró la vida a unas 8500 personas.
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