El Ejército sirio ha lanzado este viernes severos ataques contra los puestos de concentración y líneas de suministro de las agrupaciones terroristas y armadas apoyadas por Turquía en el oeste de la provincia de Alepo y sureste de Idlib.
Según ha precisado la agencia oficial siria de noticias SANA, los ataques con cohetes y de artillería de las fuerzas sirias impactaron las posiciones de los terroristas en las cercanías de la localidad de Qominas, el monte Al-Arbayeen, y las afueras de las ciudades de Ariha y Kafar Nubol, todos situados en Idlib.
Como consecuencia de estas ofensivas, fueron destruidos fortificaciones y cuarteles generales de los terroristas, que sufrieron asimismo grandes bajas entre sus filas.
En las operaciones llevadas a cabo en el oeste de Alepo, el Ejército sirio destruyó rutas de suministro de los terroristas en las cercanías de las ciudades de Al-Atareb y Daret Ezza.
Aunque las operaciones antiterroristas no caen bien a ciertos actores como Turquía, EE.UU. e Israel, las fuerzas sirias están ganando cada vez más terreno a las bandas extremistas en las zonas septenrionales del país árabe. El pasado 11 de febrero, las fuerzas sirias recuperaron el control total de la estratégica carretera Damasco-Alepo, por primera vez desde 2012.
El jueves, el Ejército sirio, apoyado por la aviación rusa, pudo repeler además una ofensiva de los terroristas que contaban con el apoyo directo de Turquía contra sus posiciones en la zona oriental de Idlib (noroeste), y especialmente contra la localidad de Al-Nairab.
El lunes, el presidente sirio, Bashar al-Asad, reafirmó que sus fuerzas no abandonarán las operaciones hasta la liberación total del último bastión terrorista en el noroeste del país árabe.
El mandatario ruso, Vladimir Putin, ha defendido a su vez la ofensiva siria en Idlib y resaltado la importancia de tomar medidas eficaces para neutralizar la amenaza terrorista, respetando los principios de soberanía e integridad territorial de Siria.
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