Los dos soldados saudíes han muerto por disparos procedentes del territorio yemení cuando patrullaban en su vehículo militar cerca de la frontera.
Las fuentes yemeníes han asegurado que un número más alto de los militares saudíes han perecido en los ataques contra Yazan y han agregado que varios tanques de fabricación estadounidense Abrams han sido destruidos.
Por su parte, la cadena televisiva Almasirah ha anunciado la muerte de varias fuerzas saudíes tras el impacto de misiles disparados desde Yemen contra la provincia de Jizan, también en el sur del territorio saudí.
En la misma provincia, tres militares saudíes han sido abatidos por los francotiradores yemeníes en la localidad de Jalah.
Los ataques yemeníes se producen en el marco de las medidas de represalia que adopta Saná para no dejar sin respuesta las incesantes ofensivas saudíes.
En tanto, el jefe negociador del movimiento popular Ansarolá, Hamza al-Houthi, ha anunciado este domingo de la continuación de los diálogos políticos sobre la crisis yemení que se desarrollan en Mascate, capital de Omán.

El líder de de Ansarolá, Abdulmalik al-Houthi, ha dejado claro en la misma jornada del domingo que la nación yemení no se rendirá "a los agresores, invasores y ocupantes".
El 26 de marzo, Arabia Saudí emprendió una campaña militar contra Yemen sin el aval de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero con la luz verde de EE.UU., en un intento por eliminar de la esfera política al movimiento popular Ansarolá y restaurar en el poder al fugitivo expresidente Mansur Hadi, un fiel aliado de Riad.
De acuerdo con un informe del sábado de la Coalición Civil de Yemen al menos 6090 yemeníes, entre ellos 1698 niños y 1038 mujeres, han perdido la vida como consecuencia de la agresión saudí, y unos 13.552 heridos han resultado heridos.
Aun con todo, las fuerzas yemeníes han contrarrestado y asestado duros golpes a sus enemigos. Hace dos semanas se produjo una potente explosión en un depósito de municiones de una base militar saudí de la región petrolera de Safer, a unos 250 kilómetros al este de Saná debido al impacto de cohetes lanzados por Ansarolá. En la ofensiva murieron al menos 300 soldados extranjeros que luchaban contra Yemen.
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