“Yemen es un infierno en vida para el 50 % o 60 % de los niños que lo habitan”, ha alertado este jueves, Geert Cappelaere, director regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) en Asia occidental y el Norte de África.
Según Cappelaere anualmente 1,8 millones de niños sufren desnutrición aguda y cada día unos 400 000 se enfrentan a la desnutrición aguda grave.
Además, el 40 % de ellos vive en las provincias donde se libra la guerra y sufren por esta razón.
En este sentido, el ministro de Salud del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, Taha al-Mutawakel, confirma que 100 000 niños yemeníes mueren cada año por los ataques saudíes, las enfermedades y las epidemias, así como por la desnutrición y la falta de medicamentos, resultantes del asedio impuesto.
El conflicto en Yemen, de acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), ha ocasionado “la mayor crisis humanitaria del mundo”, donde hay unos 22 millones de personas que necesitan ayuda para sobrevivir y varios otros millones que padecen hambruna.
Los niños son las principales víctimas de esta brutal guerra, con 5,2 millones de ellos en riesgo de hambruna, según la organización no gubernamental Save the Children (Salven a los Niños). La hambruna extrema se suma, no obstante, a enfermedades evitables y el cólera.
En un informe publicado el pasado 11 de diciembre por el proyecto Datos sobre Localización y Acontecimientos de Conflictos Armados (Acled, por sus siglas en inglés) se estima en más de 60 000 la cifra de civiles muertos en la agresión iniciada el 26 de marzo de 2015 por Arabia Saudí y sus aliados contra Yemen para restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi.
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