Pese a las denuncias de la comunidad internacional a la monarquía árabe y las crecientes advertencias de las organizaciones pro derechos humanos, el régimen de los Al Saud aún sigue bombardeando las posiciones civiles en Yemen.
La situación de los niños ha empeorado aún más en 2018 por el agravamiento de las epidemias y la hambruna, que han causado los ataques saudíes, así como los bloqueos navales y aéreos impuestos por Riad para impedir el envío de ayudas humanitarias.
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