Los manifestantes han coreado consignas contra el régimen saudí y a favor de los revolucionarios de Ansarolá, además de reiterar que se mantendrán vigilantes en defensa de la unidad de Yemen y la soberanía de su nación ante cualquier invasión.
Acciones similares se han registrado en diversas ciudades como Taiz y Amran, donde los indignados han pedido el boicot de productos de los países que participan en los ataques aéreos a su país.
Los indignados han coreado lemas de rechazo a EE.UU. y el régimen de Tel Aviv y han asegurado que la dinastía gobernante de Al Saud está implementando la agenda estadounidense-israelí en Yemen.
Asimismo, han condenado el silencio internacional y urgido a todas las organizaciones y entidades del mundo a cumplir su responsabilidad frente a la población yemení.
También, han pedido una investigación internacional sobre la agresión no autorizada de Riad contra Yemen.
En la movilización, destacados miembros del movimiento de Ansarolá en declaraciones leídas ante la multitud han asegurado que Arabia Saudí pagará el precio de sus ataques a Yemen.
"Se ha derramado la sangre de yemeníes sin tomar en consideración principios éticos ni humanitario", ha recalcado un funcionario de Ansarolá ante los marchantes, añadiendo que en lugar de apuntar a la gente y la infraestructura civil, las armas saudíes deberían haber tenido como blanco el régimen israelí.
El 26 de marzo, Arabia Saudí y sus aliados, con la luz verde de EE. UU., iniciaron ataques aéreos contra Yemen en apoyo a su aliado, el dimitido presidente Abdu Rabu Mansur Hadi, que de momento se han cobrado la vida de decenas de personas, entre ellas mujeres y niños, y asolado amplios sectores.
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