En Asunción, la capital, las salas de emergencias están repletas de personas con dengue o sospechas de tener esta infección vírica, cuyos síntomas varían desde fiebre y dolor en las articulaciones hasta sangrado interno o por la nariz.
Las autoridades ya han advertido que la enfermedad se podría expandir más allá de la capital. El dengue se transmite por el mosquito con el mismo nombre, del que tanto su larva joven como adulta se deben eliminar a través de insecticidas y pesticidas.
Alrededor de 137 mil paraguayos están infectados desde el comienzo del año en el país con cerca de 7 millones de habitantes. Mientras tanto, se investigaron otras 90 muertes para determinar si se debieron al dengue.
En 2013, la enfermedad dejó 230 muertos en Paraguay. Los casos de dengue aumentan en el país entre enero y marzo, cuando la actividad de los mosquitos está en su apogeo y se reproduce en aguas limpias acumuladas.
Los trabajadores que luchan contra el virus hablan de la dificultad de combatirlo, mientras advierten que las cifras son más de las anunciadas y califican de alarmante la situación.
Mientras el mundo observa con atención la epidemia desatada por el nuevo coronavirus, Sudamérica atraviesa la mayor propagación “en la historia” de otra enfermedad: el dengue, también conocido como fiebre de la fractura. En 2019, se reportaron más de 3 millones de casos en la zona que causó cerca de 1600 muertos.
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