“El número real de soldados de EE.UU. en el noreste de Siria es mucho mayor que las aproximadamente 200 personas que (el presidente de EE.UU., Donald) Trump inicialmente acordó dejar allí en 2019”, ha afirmado Jim Jeffrey, enviado especial de EE.UU. en Siria, en una entrevista con Defense One, publicada este sábado.
También ha confesado que su equipo “engañó deliberadamente” a sus superiores y a Trump sobre el número de fuerzas estadounidense desplegadas en Siria, después de que el inquilino de la Casa Blanca ordenara en 2018 y más tarde en octubre de 2019 la retirada de EE.UU. del noreste de Siria. “Siempre nos la apañamos para no dejar claro a nuestros líderes cuántos soldados teníamos allí”, añade.
“¿Qué retirada de Siria? Nunca hubo una retirada de Siria”, sostiene Jeffrey, criticando la promesa electoral de Trump de sacar a su país de las “guerras eternas” en la región Asia Occidental, y aduce que es la decisión “más controvertida” de su vida política.
El enviado estadounidense también explica que cada vez que la situación se estabilizaba en Siria tras la derrota de los terroristas de Daesh, su equipo buscaba nuevos argumentos para “justificar la necesidad” de la presencia de EE.UU. en ese país. “Y tuvimos éxito en ambas ocasiones. Esa es la historia”, agrega Jeffery, en referencia a dos veces en que Trump dio la orden de retirada de Siria.
Pese a las denuncias y rechazos del pueblo y del Gobierno sirios, la Administración de Trump sigue enviando suministros y equipos militares a las zonas orientales y nororientales del país árabe, prósperas en hidrocarburos, so pretexto de “proteger” los pozos de petróleo de los grupos terroristas.
Damasco ha denunciado en reiteradas ocasiones que EE.UU. está “saqueando” su petróleo. Ante esta tesitura, el presidente sirio, Bashar al-Asad, ha asegurado que, una vez liberen la provincia noroccidental de Idlib, considerada el último bastión de los terroristas en el noroeste del país, el Ejército de Siria acabará con la ocupación estadounidense.
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