Las unidades del Ejército sirio siguen con su maniobra en el noreste del país, en base del acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los kurdos.
Las fuerzas gubernamentales se han desplegado en nuevas localidades y poblados, en los campos de Al-Hasaka y Al-Qamishli, llegando a las fronteras administrativas con Al-Raqa. La actividad se produce en medio de una acogida popular.
El Ejército sirio y la guardia fronteriza entraron a varias localidades limítrofes desde la localidad de Tal Tamer, en Al-Hasaka, y se desplegaron sobre una superficie total de 60 kilómetros cuadrados, en el eje situado en la autopista entre las provincias de Al-Hasaka y Alepo. La movilización se produce en paralelo a los preparativos de Damasco para instalar 15 puntos fronterizos con Turquía.
Los medios políticos sirios consideran que el Ejército, siguiendo las instrucciones del liderazgo, está determinado a completar su despliegue en la parte fronteriza con Turquía, y abrir todas las rutas de suministro que le permitan enviar nuevos refuerzos militares a fin de consolidar su presencia en esta zona.
Los observadores estiman que el despliegue del Ejército sirio a lo largo de las fronteras con Turquía, es un deber patriótico y constitucional destinado a imponer la soberanía del Estado, en una zona que permaneció durante años fuera del control de Damasco.
Bashar Barazi, Damasco.
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