Los cazas rusos llevaron a cabo una gran incursión en una base de los milicianos cerca de la ciudad de Tarmala, en la provincia noroccidental de Idlib. Según indican medios locales, el ataque aéreo fue planeado de acuerdo con información suministrada por las Fuerzas Tigre, unidad de élite del Ejército sirio.
Al lanzar al menos seis ataques de precisión contra el campamento militar, los aviones de combate rusos no solo destruyeron la base por completo, sino que mataron e hirieron a decenas de insurgentes y destruyeron al menos 12 de sus vehículos. Muchos de los milicianos neutralizados en el ataque eran combatientes extranjeros de diferente rango.
Las fuerzas rusas continúan apoyando a las tropas sirias en sus avances antiterroristas en esta provincia, donde se encuentran los más importantes bastiones de grupos armados y terroristas vinculados a Al-Qaeda que quedan en Siria. Recientemente, Rusia realizó una serie de ataques de represalia contra los terroristas en Idlib en respuesta al derribo de un avión Su-25 en Saraqib, en esa misma provincia.
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