El miércoles se publicó en las redes sociales la escena, en la que integrantes de un grupo armado ejecutan a un civil de un disparo en la cabeza en la localidad de Yasim, en la provincia meridional de Daraa.
En cuanto el hombre cae muerto, los “cascos blancos” entran en movimiento y se deshacen del cuerpo. Las imágenes, muy gráficas, muestran cómo sale la sangre de la cabeza del ejecutado.
La víctima había sido acusada de homicidio por un tribunal local controlado por los radicales. La actuación de los cascos blancos no se atuvo al principio de imparcialidad, según denuncian activistas del lugar.
Desde su fundación en 2012, los Cascos Blancos han sido acusados de tapar decenas de crímenes de guerra cometidos por las bandas armadas. El organismo opera casi exclusivamente en zonas ocupadas por facciones vinculadas a Al-Qaeda.
A principios de abril y tras un ataque químico en una localidad de la provincia noroccidental de Idlib, un grupo de médicos suecos desveló que los cascos blancos habían matado a varios niños para luego echar la culpa al Gobierno sirio.
Los Cascos Blancos no solo se sienten a sus anchas en los territorios controlados por los grupos terroristas Frente Al-Nusra (ahora denominado Frente Fath Al-Sham) y EIIL (Daesh, en árabe), sino que simpatizan con ellos abiertamente y les prestan apoyo informativo e incluso material", denunció a finales de abril la portavoz de la Cancilleria de Rusia, María Zajarova.
Video shows White Helmets taking away body of man executed in rebel-held Daraa, Syria. Facebook post archived here: https://t.co/TuS6hpvi9o pic.twitter.com/5YDNLSjYM1
— Ben Norton (@BenjaminNorton) May 18, 2017
El Gobierno ruso ha acusado a este organismo de rescatistas voluntarios que se hace pasar por organización no gubernamental humanitaria de apoyar a los terroristas que luchan contra Damasco.
"Los Cascos Blancos no solo se sienten a sus anchas en los territorios controlados por los grupos terroristas Frente Al-Nusra (ahora denominado Frente Fath Al-Sham) y EIIL (Daesh, en árabe), sino que simpatizan con ellos abiertamente y les prestan apoyo informativo e incluso material", denunció a finales de abril la portavoz de la Cancilleria de Rusia, María Zajarova.
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