Mientras el nuevo coronavirus (COVID-19) avanza rápidamente en el mundo, los científicos se preguntan: ¿algunas personas son más susceptibles de contagiarse que otras? ¿Existen los superpropagadores, personas que parecen expulsar solo el virus, lo que los vuelve particularmente propensos a infectar a los demás? La respuesta es ‘sí’, según un artículo publicado recientemente por The New York Times.
Jon Zelner, epidemiólogo de la Universidad de Michigan (EE.UU.), explica que distinguir entre los que son más y menos susceptibles de infectar a los demás podría marcar una enorme diferencia en la facilidad y la rapidez con que se contiene un brote. “La parte difícil es que no necesariamente sabemos quiénes son esas personas”, aclaró.
Martina Morris, profesora emérita de Estadística y Sociología de la Universidad de Washington (EE.UU.), dice que hay dos factores en juego. “Tiene que haber un vínculo entre las personas para transmitir una infección; es necesario, pero no es suficiente”, sostuvo para luego agregar que el segundo factor es cuánto puede contagiar a los demás una sola persona. “Casi nunca tenemos datos independientes sobre esas dos cosas”, recalcó.
“Si eres la primera persona en una habitación llena de gente en contagiarse y se trata de una enfermedad de fácil propagación, parecerá que eres un superpropagador (…) Cualquiera en esa habitación podría haber tenido el mismo impacto. Tú solo eras el primero en la fila”, dijo.
Sin embargo, parece haber situaciones en las que unos pocos individuos provocan grandes brotes. En el caso de la COVID-19, aún no se sabe si entre esas personas altamente infecciosas se encuentran individuos con infecciones silenciosas que no se dan cuenta de que están enfermos, comentó Thomas Frieden, director ejecutivo de Resolve to Save Lives.
Es más probable, añadió Frieden, que los eventos de superpropagación puedan involucrar a personas con síntomas persistentes, pero que no están lo suficientemente enfermas como para quedarse en casa.
O podrían involucrar a personas infectadas que vierten una cantidad inusual de virus, un factor poco estudiado que podría deberse a variaciones en la cantidad de virus en las gotículas de la tos de un paciente o la cantidad de virus infeccioso en las heces, por ejemplo. Sin importar cuál sea la causa, las medidas de salud pública, como evitar las multitudes e higiene de la tos, pueden evitar un evento de superpropagación, dijo.
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