“La exportación de la democracia a través de medidas militares que instan a los pueblos a obligar a otros de forma involuntaria no hará sino agravar el caos y las tensiones”, dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov.
La exportación de la democracia a través de las medidas militares que instan a los pueblos a obligar a otros de forma involuntaria no hará sino agravar el caos y las tensiones", dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov
Asimismo, Lavrov añadió que, hoy en día, en un momento de cambios profundos relacionados con la formación de un orden mundial policéntrico, los países deberían adoptar medidas adecuadas para neutralizar todas las amenazas.
El jefe de la Diplomacia rusa reiteró, además, que muchas amenazas modernas, incluido un aumento sin precedentes del terrorismo y el extremismo en Oriente Medio y África, solo pueden resolverse en base a los principios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Finalmente, Lavrov indicó que el Kremlin está dispuesto a adoptar una serie de mediadas para contrarrestar los desafíos mundiales sin intervenir en los asuntos internos de otros países.
El pasado mes de agosto, el presidente de la Duma rusa, Serguei Narishkin, advirtió de los planes de dominación mundial de EE.UU., a través de la creación de conflictos y caos en todo el mundo.
Las relaciones de Rusia con el Occidente se han deteriorado en gran medida, aparentemente, por la crisis de Ucrania.
EE.UU. y sus aliados europeos han impuesto varias rondas de sanciones unilaterales contra el Kremlin, bajo el pretexto de que apoya a los combatientes independentistas en el este de Ucrania (en las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk).

Kiev, con la ayuda de Washington, ha lanzado múltiples operaciones militares para aplastar a los independientes, campañas que han dejado un sinnúmero de civiles muertos.
Desde el comienzo del conflicto de Ucrania en abril de 2014, Donetsk y Lugansk han sido escenario de mortíferos enfrentamientos entre las fuerzas independentistas y el Ejército ucraniano: cerca de 8000 personas han muerto y 1,6 millones han abandonado sus hogares para escapar de la violencia.
alg/anz/msf