“Rusia y Estados Unidos pueden ayudar a Venezuela, Siria, Corea del Norte y los países africanos a superar sus problemas actuales, por supuesto, sin olvidar el principio de no injerencia en los asuntos internos”, ha manifestado este lunes Anatoli Antonov en una entrevista concedida en la agencia rusa TASS.
El embajador ruso considera que la unión de capacidades de Washington y Moscú puede crear “una contribución decisiva para solucionar los problemas internacionales y regionales”, eso sí, mientras se respete estrictamente la base del derecho internacional, ha dicho.
Antonov ha confirmado que Rusia ha abordado con EE.UU. las crisis de países, como Venezuela, si bien, ha dicho que “a veces ha sido difícil coordinar” con la Administración del saliente presidente estadounidense, Donald Trump.
“Es la cooperación ruso-estadounidense la que es capaz de desempeñar un papel clave en resolver muchos problemas mundiales”, ha insistido.
De acuerdo con los medios, Rusia sigue vigilando de cerca la situación política en Estados Unidos y está preparada para posibles reuniones de sus funcionarios a medida que se hagan los nombramientos del nuevo equipo del presidente estadounidense electo, Joe Biden.
El funcionario ruso hace estas declaraciones mientras, el portal estadounidense Bloomberg, informó el viernes que el equipo de Biden “se está preparando para celebrar las negociaciones con el Gobierno de [el presidente] Nicolás Maduro”.
Los asesores de Biden evaluarán las sanciones existentes contra el país bolivariano, declaradas por la Administración Trump, para poder determinar las medidas necesarias que deben ser aplicadas, y, asimismo, qué sanciones se podrían levantar en caso de que Maduro acepte las demandas de Washington.
Por su parte, el mandatario chavista reiteró a Biden el pasado 8 de diciembre su disposición para sentar las bases para el diálogo y el entendimiento entre ambas naciones.
Durante la presidencia de Donald Trump, las relaciones entre EE.UU. y Venezuela alcanzaron niveles de tensión ante el recrudecimiento de las ilegales medidas coercitivas unilaterales impuestas por Washington hacia la nación bolivariana, pero estas han fracasado, con la ayuda de sus aliados y del mismo pueblo bolivariano.
La nación latinoamericana rompió relaciones con EE.UU. después de que la Casa Blanca manifestara su apoyo a la autoproclamación de Guaidó como presidente interino de Venezuela en enero de 2019.
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