“Algunos países se enfrentan de lleno al terrorismo internacional que en gran medida guarda relación con una política incorrecta, mal pensada, en materia migratoria. Los estadounidenses y los europeos deberían, en principio, poner orden en casa, pero no cesan en los intentos de sembrar el caos en otras regiones”, ha indicado este martes Serguéi Narishkin, director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR, por sus siglas en ruso), a la agencia local de noticias Sputnik.
De acuerdo con el funcionario ruso, los procesos de integración en Eurasia suscitan un recelo particular en Occidente. Así que, en concreto, en la noción de seguridad nacional que se tiene en EE.UU. no cabe la existencia de países realmente soberanos e independientes en este espacio, y menos aún de estructuras de integración que se desarrollan positivamente, ha enfatizado.
A modo de ejemplo, Narishkin se ha referido a la Unión Económica Eurasiática (UEEA), la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).
En este sentido, ha acusado a los occidentales de intentar “provocar el desconcierto en estas estructuras de integración” y “perturbar los procesos en las naciones que son próximas a Rusia”.
A pesar de varios problemas internos que vive el Occidente, Estados Unidos y sus aliados, que temen sumamente a la influencia que puedan ejercer Rusia, China e Irán en la región eurasiática, buscan mejorar sus nexos con los países de esa región para extender su dominio.
No obstante, ante los países independientes que no sigan sus criterios o imposiciones, los occidentales ejercen una política de “presión máxima”, imponiéndoles sanciones y bloqueos económicos, así como tratan de interferir en la región, a favor, o en contra de, en un escenario de división interna; lo que Pekín, Moscú y Teherán han rechazado en reiteradas ocasiones.
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