“Condena [a Paul Whelan] a 16 años de privación de libertad en un centro penitenciario de máxima seguridad”, ha dictaminado este lunes el juez del Tribunal Municipal de Moscú en una sesión a puertas cerradas, pese a que los fiscales del caso habían pedido que el acusado recibiera una pena de 18 años de prisión, según han informado medios rusos.
Sin embargo, Whelan, que fue detenido en un hotel en Moscú “durante la realización de una acción de espionaje” por agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) el 28 de diciembre de 2018 y luego de recibir de un amigo ruso una memoria USB con material clasificado que “contenía la lista completa de los trabajadores de un servicio secreto” ruso, ha negado los cargos y solicitado absolución.
Su abogado Vladimir Zherebénkov, ha dicho que Whelan recibió involuntariamente una memoria USB que contenía “secretos de Estado” durante un viaje personal a Rusia, pero él creía que el dispositivo contenía fotografías alusivas al viaje. Esto mientras que, según la información proporcionada a la Justicia rusa, el condenado había estado visitando Rusia regularmente desde 2007.
Por su parte, el embajador de EE.UU. ante Rusia, John Sullivan, además de denunciar que el juicio no había sido ni “justo” ni “transparente”, ha expresado su “indignación” por la condena de 16 años de cárcel para su connacional Paul Whelan, pero reconoció que no derivaría en una suspensión del diálogo entre los dos países.
Tras afirmar que el veredicto fue emitido “en ausencia de pruebas”, el diplomático norteamericano ha advertido que esta medida afectará a las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, sin paralizar el diálogo.
Asimismo, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, a través de su cuenta de Twitter ha aseverado que se siente “indignado” por la decisión de la Justicia rusa. “Indignado por la decisión de hoy de condenar a Paul Whelan sobre la base de un juicio secreto, con evidencia secreta, y sin los permisos apropiados para los testigos de la defensa”, ha escrito.
Se reporta que Whelan, de 50 años de edad, que también realizó varias misiones en Irak, dispone de cuatro ciudadanías: estadounidense, canadiense, británica e irlandesa.
Estados Unidos había pedido un proceso justo y transparente, empero, se celebró a puertas cerradas, decisión que el Tribunal de Moscú adoptó tras declarar que las pruebas pertinentes a la causa contenían información confidencial.
Las autoridades rusas han denunciado en reiteradas ocasiones un aumento en las operaciones de agencias de inteligencia extranjeras, particularmente de EE.UU., a fin de reclutar a ciudadanos rusos para actividades de espionaje.
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