El director del servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, ha enfatizado este miércoles que la inteligencia occidental continúa ayudando y apoyando a los cascos blancos —que se hacen pasar por organización rescatista— mediante mentiras circulantes y librando una guerra mediática contra Siria.
Esta organización está “financiada por la Inteligencia británica y realiza sus tareas mediante la difusión de información fabricada y acusaciones contra Siria y su Ejército”, ha dicho Narishkin en declaraciones a la agencia rusa de noticias Sputnik.
También se ha referido a las acusaciones de los llamados cascos blancos contra Damasco en abril de 2018, cuando entregaron a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) dos cilindros que contenían gas cloro, acusando al Gobierno sirio de haberlos lanzado contra los residentes de la ciudad de Duma, en la gobernación de Damasco.
“Eso fue un engaño planificado previamente por esta organización y estaba respaldado por Estados occidentales”, ha recalcado.
Por su parte, el funcionario ruso ha sostenido que Moscú, en cooperación con periodistas sirios a través de sus investigaciones, demostró que estas acusaciones son “una fabricación completa” de los cascos blancos.
La cuestión del uso de armas químicas sirvió de excusa para que EE.UU., el Reino Unido y Francia llevaran a cabo en abril de 2018 bombardeos contra Siria por orden del presidente estadounidense, Donald Trump.
A principios de este mes, el Ministerio de Defensa ruso alertó de que los llamados cascos blancos preparan un ataque químico de falsa bandera en Idlib (noroeste de Siria) con la colaboración de 200 familiares de los terroristas.
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