Organizaciones de derechos civiles tratan de contrarrestar este acoso informando y ofreciendo asesoramiento legal a jóvenes musulmanes.
La discriminación social, la persecución y el espionaje por parte de las fuerzas de seguridad son todavía habituales.
Esta misma semana, conocimos la noticia de que dos agentes de la Policía de Nueva York se convirtieron al Islam con el objetivo de espiar a un grupo de estudiantes universitarios.
La investigación, que duró 4 años, llevó al procesamiento de dos mujeres. Sin embargo, según activistas de derechos humanos, la inmensa mayoría de los casos son fabricaciones que solo buscan un golpe de efecto frente a la opinión pública.
Para las organizaciones civiles musulmanas, estas acciones son una clara violación de los derechos más básicos de esta minoría.
En talleres como este, jóvenes musulmanes reciben instrucciones sobre cómo actuar en caso de ser abordados por agentes federales o de la policía.
Sin embargo, la acción policial, la ignorancia y los prejuicios que perduran contra el Islam no van a detener a estos activistas.
José Manuel Rodríguez, Nueva York
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