El acto ha estado marcado por el electoralismo, ya que el gobierno ha usado el dolor de las víctimas como herramienta política.
Un torrente de gente procedente de todos los rincones de la ciudad ha confluido este domingo con un mensaje en común.
El nacionalismo turco ha hecho una demostración de fuerza llamando a manifestarse contra el terrorismo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en sus iniciales turcas). Su mensaje aseguraba que la religión unía a los pueblos turco y kurdo, y que más que a los kurdos se odiaba al PKK y a su entorno afín.
Turquía y el PKK están enzarzados desde finales de julio pasado en una escalada de violencia incesante que ya ha dejado varios cientos de muertos, entre ellos al menos 20 civiles.
Este domingo el primer ministro turco Ahmet Davutoglu ha prometido seguir luchando hasta dejar las montañas del norte de Irak, donde se basa el PKK, limpias de terroristas.
El encuentro ha estado protagonizado por el presidente Recep Tayyip Erdogan, recibido con vítores, y rodeado de una destacada aura electoralista. Tanto Erdogan como Davutoglu han aprovechado la cita, teóricamente enfocada en las víctimas del terrorismo, para pedir el voto en las generales anticipadas del próximo 1 de noviembre para el Partido Justicia y Desarrollo. Aseguran que si este recupera la mayoría absoluta perdida el siete de junio pasado erradicarán por la fuerza el terrorismo.
Lluís Miquel Hurtado, Estambul
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