Hace casi seis meses, la peor epidemia de ébola de la historia se desató en África. EL caso cero, creen los científicos, fue provocado un contagio de un murciélago a un humano. De ahí, que conocer cómo funciona el virus en animales sea una de las claves para detener la propagación de la enfermedad en humanos. Pero la realidad es que se sabe muy poco sobre el ébola y los animales.
La Junta de la AIEA ha aprobado este martes un proyecto para arrojar luz en este campo. Consiste en distribuir y entrenar en el uso de máquinas como esta, un laboratorio con tecnología nuclear móvil. Tras poner la sangre del animal en él se obtendría el resultado de la infección en pocas horas. Si fuera positiva, se pondría en marcha una red de alarma para enviar que se propague a humanos.
Conocer más sobre los primeros estadios del contagio, puede suponer un giro determinante en el control del ébola y otras enfermedades contagiosas en las que los animales son la fuente principal.
Raquel González, Viena.
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