El embajador de Irán ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, Amir Said Iravani, condenó el domingo “en los términos más enérgicos la agresión no provocada” de Estados Unidos y reiteró el derecho “inherente” del país persa a defenderse, evocando el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas.
“Irán se reserva su derecho pleno y legítimo a la autodefensa, en base al derecho internacional, frente a esta agresión flagrante de Estados Unidos y su mercenario, el régimen de Israel. Nuestras Fuerzas Armadas decidirán el momento, la naturaleza y las dimensiones de las respuestas recíprocas y proporcionales de Irán”, subrayó el diplomático persa en su intervención en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
La reunión se celebró a petición de Irán en protesta por ataques de EE.UU. a tres instalaciones nucleares pacíficas del país, casi una semana después de la ofensiva de Israel contra centros militares, sitios nucleares y zonas residenciales en Irán, que han causado cientos de muertos.
El representante permanente de Irán ante la ONU dijo que la República Islámica tomará “todas las medidas necesarias para proteger a su pueblo, soberanía nacional, integridad territorial, los intereses nacionales y vitales y su programa nuclear pacífico conforme al derecho internacional”.
Describió el ataque estadounidense como otra “mancha de vergüenza” en la historia política de EE.UU. Lamentó que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al que llamó un “criminal de guerra”, pudiera “volver a tomar como rehén la política exterior de EE.UU. y arrastrarlo a otra guerra costosa y sin base”.
Tachó de una “contradicción amarga y trágica” el hecho de que Israel y su principal aliado, EE.UU., que poseen miles de ojivas nucleares “recurran a la fuerza ilegal” y ataquen las instalaciones nucleares pacíficas de “un país no nuclear y firmante del Tratado de No Proliferación (TNP) Nuclear” como Irán, so pretexto “fabricado y ridículo de evitar que éste desarrolle armas atómicas”.
Iravani calificó todas las acusaciones contra el programa nuclear iraní de “sin fundamento y políticamente motivadas” y denunció que las agresiones de EE.UU. e Israel violan el derecho internacional, los principios de la Carta de la ONU, sobre todo el artículo 2, párrafo 4, que prohíben explícitamente la amenaza o el uso de la fuerza contra la soberanía o integridad territorial de cualquier miembro de la ONU.
Los ataques de EE.UU. e Israel, agregó, también violan la Carta de la ONU, el Estatuto de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), las resoluciones de la Conferencia General de la Agencia, las resoluciones 487 y 2231 del CSNU, y el TNP.
Enfatizó que los ataques de EE.UU. e Israel a Irán son “resultado directo de las acciones ilegales y politizadas de Washington y sus socios europeos, es decir, el reino Unido, Francia y Alemania, y también el enfoque parcial del director general de la AIEA”. Ellos, agregó, deberían asumir “la responsabilidad total de la sangre derramada” de las víctimas de las recientes agresiones al país persa y la destrucción de las infraestructuras civiles vitales de Irán.
Cargó contra EE.UU. e Israel por “arruinar la diplomacia” y señaló que la oferta del diálogo de Washington a Teherán para abordar el programa nuclear iraní no fue más que “una estrategia engañosa para engañar a la comunidad internacional”.
Lamentó que el Occidente haya convertido el TNP, que constituye la piedra angular del régimen de no proliferación nuclear, en “una herramienta política” y una “excusa para lanzar agresiones ilegales” contra países signatarios como Irán.
Iravani denunció también el “comportamiento selectivo y de doble rasero” de la junta directiva de la AIEA y el CSNU ante ataques de Israel a instalaciones nucleares de Irán y advirtió que, sin tomar medidas urgentes, otros firmantes del TNP podrían sufrir agresiones similares en el futuro.
Acusó al régimen sionista y EE.UU. de ser “las principales responsables de destruir el estado de derecho, debilitar el derecho internacional, el estatuto de la AIEA y el TNP”, y tachó de repugnantes “el silencio, complicidad y doble estándares” de algunas organizaciones internacionales y países occidentales como el Reino Unido, Alemania y Francia ante esas acciones ilegales.
El embajador persa llamó al Consejo de Seguridad a tomar una decisión histórica y “condenar fuertemente las agresiones flagrantes, infracciones y crímenes atroces cometidos contra la República Islámica, tomar medidas efectivas contra los agresores y responsabilizar al régimen sionista y someter las instalaciones nucleares israelíes a salvaguardias de la AIEA”.
Pidió al CSNU a poner fin a la impunidad de Israel de una vez por todas, avisando que guardar silencio ante las agresiones del régimen equivaldría a “complicidad en sus crímenes”.
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