A continuación de una investigación sobre los detenidos en los actos de sedición, el secretario general de la Oficina de Derechos Humanos del Poder Judicial de Irán, Kazem Qaribabadi, visitó el reformatorio de Teherán (la capital), y mantuvo una conversación con los 20 detenidos menores de 18 años (principalmente de entre 17 y 18 años) durante los recientes disturbios, para informarse sobre su situación.
Durante la semana pasada, la autoridad judicial hizo visitas a la prisión de Rey, la cárcel de Fashafuye y otros centros de detención de Teherán.
Qaribabadi compartió los resultados de sus visitas, en reuniones separadas, con los funcionarios penitenciarios, el fiscal general de la capital, el jefe y los magistrados del Tribunal Revolucionario de Teherán, el supervisor y los jueces de la Fiscalía de Seguridad de la provincia, así como el presidente y los jueces del Tribunal Revolucionario. Tras discusiones, se tomaron las decisiones necesarias en algunas áreas.
Como resultado de este proceso y siguiendo las medidas tomadas por el funcionario judicial, una serie de detenidos fueron liberados.
Últimamente, los alborotadores, instrumentalizando la muerte de Mahsa Amini, han atentado contra el orden público, provocando disturbios e incendios en lugares públicos y varias mezquitas, además de atacar a las fuerzas de seguridad y dejar destrozos parciales y totales en propiedades públicas y privadas.
Las autoridades iraníes ven las huellas de Estados Unidos, Israel y varios Estados europeos en los recientes actos vandálicos y la violencia callejera en el país y aseguran que actuarán con firmeza ante los que vulneran la seguridad de Irán.
Pese a las plausibles aclaraciones por las autoridades persas sobre las circunstancias en torno a la muerte de la joven, los medios occidentales no dejaron piedra sin remover al recurrir a una campaña de desinformación con la meta final de incitar a la violencia en Irán.
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