“Las autoridades estadounidenses han dejado en claro últimamente que no quieren entrar en guerra con Irán. Un enemigo que aplica la política de ‘máxima presión’ contra el país persa, le impone sanciones sin precedentes y lo llama terrorista ¿no está declarando la guerra?”, se preguntó el lunes Said Yalili, miembro del Consejo de Discernimiento del Sistema de la República Islámica de Irán.
La Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, ha adoptado una política exterior llena de contradicciones hacia Irán, escalando las tensiones entre los dos países en Oriente Medio.
El propio mandatario norteamericano se ofreció, a principios de mayo, a dialogar con Irán, pero el domingo endureció su retórica amenazándolo con una guerra, y pronto se retractó de la amenaza y dijo que seguirá con el régimen de embargos.
Cada sanción de Estados Unidos, según Yalili, es “un acto de guerra” por el que Washington “debería pagar un precio”.
El también representante del Líder de la Revolución Islámica en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de la República Islámica de Irán aseguró, además, que “la nación persa no dejará sin respuesta las hostilidades” de Washington en su contra.
Asimismo, Yalili ensalzó la resistencia del pueblo iraní durante la guerra que Irak le impuso a Irán (1980-88) y dijo que, desde entonces, los enemigos nunca se han atrevido a agredir al país, para luego instar al pueblo iraní a resistir ante las sanciones estadounidenses en su contra, a las que tildó de “guerra económica”.
“La nación iraní ha demostrado en los últimos 40 años (desde la victoria de la Revolución Islámica en 1979) que puede defender sus derechos, ideales y valores sin apoyo de EE.UU. e incluso haciéndole frente”, subrayó el responsable persa.
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