“EE.UU., nuestro principal enemigo, es uno de los gobiernos más corruptos y criminales del mundo. Este país brindó todo tipo de ayuda al grupo terrorista Daesh (acrónimo árabe del EIIL), y sigue haciéndolo en secreto con Daesh y sus filiales y otras bandas takfiríes”, ha subrayado el ayatolá Jamenei en un discurso pronunciado este miércoles durante una reunión con los miembros del Consejo de Coordinación de Propaganda Islámica de Irán (CCPI).
El Líder ha denunciado el apoyo de EE.UU. a “las dictaduras, entre ellas la monarquía de Al Saud en Arabia Saudí, y los regímenes opresores del Oriente Medio, así como a los crímenes cometidos en Yemen y Palestina”.
Ha dicho que el “injusto” Poder Judicial de Estados Unidos carece de la altura necesaria para criticar al sistema judicial de los demás países, incluido Irán. “La policía estadounidense comete homicidios injustificados contra la población negra y luego recibe indultos”, ha cuestionado el Líder.
EE.UU., nuestro principal enemigo, es uno de los gobiernos más corruptos y criminales del mundo. Este país brindó todo tipo de ayuda al grupo terrorista Daesh (acrónimo árabe del EIIL), y sigue haciéndolo en secreto con Daesh y sus filiales y otras bandas takfiríes”, subraya el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
Ha advertido sobre los planes del enemigo para “propagar mentiras y crear frustración y desconfianza” entre la nación iraní, pero asegura que éstas y otras intrigas destinadas a generar discrepancias políticas, religiosas y tribales en el país han fracasado.
La cita ha tenido lugar en vísperas del aniversario de la ‘Epopeya del 9 de dey’ de 1388 (30 de diciembre de 2009), cuando el pueblo iraní mostró su total apoyo al sistema de la República Islámica, rechazando toda la injerencia foránea en los asuntos internos del país.
Después de las elecciones presidenciales de junio de 2009, alborotadores convocados por medios extranjeros intentaron, de forma burda, poner en entredicho la credibilidad de los comicios presidenciales del mismo año y se congregaron el 27 de diciembre en las calles de la capital persa, Teherán.
En respuesta, el pueblo iraní tomó el 30 de diciembre de 2009 las calles del país para repudiar los actos violentos protagonizados por esos grupos y manifestar, una vez más, su apoyo a la República Islámica y a la libertad y la independencia del país.
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