“La familia de Al Saud ha rechazado las condiciones de Irán para proteger la dignidad y el honor de sus nacionales y ha impedido que los peregrinos iraníes asistan como siempre a los rituales del Hach”, ha lamentado el secretario del citado consejo, Ali Shamjani.
El titular persa ha deplorado las confabulaciones saudíes al respecto y ha urgido a los Al Saud a poner punto y final a sus intrigas y velar por el futuro de los musulmanes.
La familia de Al Saud ha rechazado las condiciones de Irán para proteger la dignidad y el honor de sus nacionales y ha impedido que los peregrinos iraníes asistieran como siempre a los rituales del Hach”, ha lamentado el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamjani.
“Es una medida destinada a sembrar la división en la comunidad islámica”, ha proseguido Shamjani para después recordar que esta rebeldía saudí “no es nada nuevo y durante los años anteriores hemos testificado fallos y excusas en otros formatos”.
Ayer domingo, la Organización de Hach y Peregrinación de Irán anunció en un comunicado la anulación de la peregrinación de este año de ciudadanos iraníes debido a los sabotajes de las autoridades saudíes.
Este anuncio marcó el fracaso de las múltiples negociaciones mantenidas en los últimos meses entre Teherán y Riad para facilitar el envío de peregrinos iraníes al Hach de 2016.
Arabia Saudí sostenía que los peregrinos iraníes deberían viajar a un tercer país para solicitar visado, mientras el país persa insistía en que la embajada de Suiza en Teherán (capital persa), que representa los intereses de Riad desde la ruptura de lazos, podría proceder a tramitar los visados.
El tema de la seguridad y la concesión de visados para los peregrinos iraníes fueron dos puntos problemáticos en las negociaciones entre Teherán y Riad para el Hach de este año.
La insistencia de Teherán para que Riad aceptara sus propuestas se debía, en gran medida, a la estampida ocurrida en Mina, una localidad cercana a La Meca (Arabia Saudí), durante los rituales del Hach en 2015, donde, según cifras oficiales de Teherán, murieron más de 2300 personas, incluidos 465 iraníes.
tas/ctl/nal