El grupo de derechos humanos denunció el viernes, a través de un comunicado, la táctica del régimen israelí de apoyar y armar a grupos descritos como bandas al estilo de Daesh en la Franja de Gaza, con el objetivo de saquear la limitada ayuda humanitaria que entra en el asediado enclave costero.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó que el ejército estaba armando a bandas criminales, afirmando que su objetivo era contrarrestar al Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS).
Euro-Med afirmó que estas bandas criminales han saqueado convoyes de ayuda humanitaria, disparado contra civiles y bloqueado la distribución de alimentos en el enclave. “Lo que comenzó como una hambruna por asedio, ahora es impuesto por agentes armados”, censuró.
Advirtió de que “Israel no solo está provocando hambruna en Gaza, sino que está creando deliberadamente el caos para colapsar lo que queda de la vida civil y garantizar que los palestinos sigan hambrientos y desesperados”.
El grupo enfatizó que el objetivo de Israel no es destruir a HAMAS, sino convertir la Franja en una zona “inhabitable” y “exterminar” a su pueblo. “Crear condiciones inhabitables para destruir a un pueblo se define como genocidio según el derecho internacional”, recordó.
Detalló que cuando la hambruna, que constituye un crimen de guerra según el Estatuto de Roma, “se combina con la intención de exterminar a un pueblo, se convierte en un acto de genocidio. Enviar armas a bandas que bloquean las colas de la ayuda expone esa intención”.
El grupo rechazó la afirmación de Netanyahu de que armar a estas bandas terroristas “salva la vida de los soldados” israelíes, matizando que “el derecho internacional no excusa el genocidio para proteger a un ejército de ocupación; lo criminaliza y exige responsabilidades a los responsables”.
Euro-Med enfatizó que la campaña de agresiones de Israel en Gaza “no es una guerra. Es el uso estratégico del hambre y el caos para aniquilar a un pueblo”.
Concluyó instando a los Estados, a las agencias de las Naciones Unidas y a la Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) a actuar para “levantar el bloqueo, desarmar a las milicias [ligadas a Daesh], restablecer el acceso humanitario e investigar las transferencias de armas y el uso deliberado de la hambruna”.
Desde el 2 de marzo, las fuerzas israelíes han impedido la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. El 18 de marzo, rompieron un alto el fuego temporal y reanudaron una campaña ampliamente descrita como genocida, con el apoyo político y militar de Estados Unidos. Hasta la fecha, más de 176 000 palestinos han muerto o han resultado heridos, la gran mayoría mujeres y niños, y más de 11 000 siguen desaparecidos bajo los escombros o se presume que han fallecido.
Grupos de derechos humanos afirman que el régimen israelí ha utilizado la hambruna y la escasez de alimentos como armas de castigo colectivo en la Franja de Gaza.
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