El Ministerio palestino de Salud en la asediada Gaza confirmó el jueves la muerte de Ahmed Qutoosh, de 23 años en el centro del enclave costero y las autoridades palestinas en Cisjordania corroboraron la muerte de Mohanad Abu Tahun, de 21 años en el hospital cisjordano de Al-Ahli.
Las bajas de ayer se suman a más de cien personas muertas a raíz de la represión ejercida por las fuerzas de guerra israelíes en una serie de manifestaciones que comenzó el pasado 30 de marzo, en conmemoración del Día de la Tierra Palestina.
La misma jornada del jueves, la corte suprema israelí rechazó por unanimidad, una petición interpuesta por grupos pro derechos humanos contra los militares israelíes que disparan balas reales contra los palestinos en la frontera entre la Franja de Gaza y los territorios ocupados y consideró un acto “legal” la represión de los palestinos.
Los grupos pro derechos humanos habían denunciado que los soldados israelíes disparan municiones reales contra los manifestantes “que no suponen una amenaza” en contra de su vida.
El abogado Michael Sfard, de la organización no gubernamental (ONG) israelí Yesh Din, por su parte, denunció que las reglas de enfrentamiento de los israelíes no obedecen los estándares de la ley internacional sobre conflictos armados.
Conforme al Estatuto de Roma, los “asesinatos deliberados” son crímenes de guerra, recordó la semana pasada el relator especial de las Naciones Unidas (ONU) sobre los derechos humanos en Palestina, Michael Lynk, en referencia a la muerte de manifestantes en Gaza por disparos de militares israelíes.
Las matanzas cometidas por el ejército israelí, así como la escandalosa decisión de Washington sobre Al-Quds (Jerusalén), han sido condenadas por numerosos países del mundo, incluso por aliados europeos de Israel.
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