• El Líder de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jameneí, en una ceremonia con motivo del primer aniversario del martirio del presidente Ebrahim Raisi, 20 de mayo de 2025.
Publicada: miércoles, 21 de mayo de 2025 3:15
Actualizada: miércoles, 21 de mayo de 2025 3:43

El ayatolá Seyed Ali Jamenei, máxima autoridad de Irán, rechazó el martes las críticas estadounidenses hacia el programa nuclear iraní, asegurando que Teherán no pedirá permiso a ningún país para enriquecer uranio y calificando las declaraciones de Washington como “disparates”.

Por: Xavier Villar

Estas palabras llegan en un momento crucial, cuando las negociaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos continúan desarrollándose, aunque con un creciente escepticismo sobre su posibilidad de éxito.

“Dicen que ‘no permitiremos que Irán enriquezca uranio’. Eso está totalmente fuera de lugar”, afirmó el ayatolá Jamenei durante un acto público conmemorativo. “Nadie en Irán está esperando su permiso. La República Islámica tiene sus propias políticas y rumbo — y las mantendrá.”

El Líder de la Revolución Islámica de Irán destacó también el historial de negociaciones indirectas con Estados Unidos: “Sí, también hubo negociaciones indirectas durante el mandato del presidente Raisi, igual que ahora. Pero no llevaron a ninguna parte — y no esperamos mucho de las actuales tampoco. Quién sabe qué pasará.”

Este contexto coincide con una presión adicional por parte de Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha instado a Irán a tomar una decisión rápida sobre una propuesta supuestamente presentada tras cuatro rondas de negociaciones nucleares. No obstante, Teherán mantiene que no ha recibido ninguna oferta formal por escrito. “Ha habido ideas verbales, pero no se ha presentado nada por escrito,” aseguró Esmail Baqai, portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, desestimando las afirmaciones estadounidenses sobre una oferta formal.

Expertos iraníes coinciden en que, si bien Irán sigue comprometido con una solución diplomática al conflicto nuclear, esta debe respetar las líneas rojas definidas por la República Islámica, particularmente en lo referente al enriquecimiento de uranio. En este marco, los constantes cambios y contradicciones en la postura de Estados Unidos durante las negociaciones parecen orientados a construir una narrativa que responsabilice a Teherán en caso de que no se logre un acuerdo definitivo.

Tras cuatro rondas en las que el Líder de Irán mantuvo un perfil discreto, el ayatolá Jamenei endurece ahora su posición a las puertas de la quinta ronda en respuesta a lo que califica como una actitud cada vez más agresiva de las autoridades estadounidenses. El objetivo es proteger y reforzar las “líneas rojas” iraníes, especialmente en torno al enriquecimiento de uranio, uno de los puntos neurálgicos de las negociaciones.

La voz de Teherán en el Foro de Diálogo: firmeza y visión regional

Mientras tanto, las negociaciones nucleares han sido el eje central del Foro de Diálogo de Teherán, celebrado en un momento de incertidumbre para la diplomacia regional. El encuentro reunió a altos funcionarios iraníes y líderes regionales para debatir el papel de la región en la construcción de su propio destino.

En su intervención, el presidente iraní Masud Pezeshkian afirmó que el “derecho de Irán a un programa nuclear pacífico no es negociable”. Pezeshkian insistió en que Teherán no cambiará su posición bajo “fuerza y sanciones”. “Somos signatarios del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Nuestros derechos deben ser reconocidos, y los derechos de todos los países deben respetarse según los tratados internacionales,” subrayó.

Por su parte, Kamal Jarazi, presidente del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, abordó las preocupaciones internacionales sobre el programa nuclear iraní y respondió a las amenazas militares de Israel y Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Irán. “El conocimiento nuclear de Irán es autóctono e irreversible,” afirmó. “No buscamos armas nucleares, pero hacer que Medio Oriente (Asia Occidental) esté libre de tales armas debe ser nuestro objetivo común.”

En los márgenes del Foro, el ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchi, sostuvo una reunión a tres bandas con Badr bin Hamad al-Busaidi, ministro de Relaciones Exteriores de Omán, y el sheij Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores de Catar.

Según medios iraníes, las conversaciones se centraron en varios asuntos regionales urgentes, entre ellos las negociaciones nucleares con Estados Unidos. El diplomático omaní elogió la relación con Teherán, afirmando: “Seguimos valorando la diplomacia como un camino firme para afrontar los desafíos regionales y globales.” Por su parte, el primer ministro catarí expresó en la red social X (antes Twitter) que Doha ofrecía su “total apoyo” a las negociaciones nucleares mediadas por Omán, comprometiéndose con “mejorar la seguridad y estabilidad regional y crear oportunidades para el diálogo y la cooperación constructiva.”

Frustración creciente y futuro incierto

Las declaraciones del ayatolá Jamenei, junto con el debate público y diplomático en Teherán, reflejan la creciente frustración iraní ante un proceso de negociaciones que hasta ahora no ha logrado superar su estancamiento. Irán mantiene firme que su programa nuclear es pacífico y legítimo conforme al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), reclamando el respeto a sus derechos frente a la presión constante, las sanciones y las amenazas militares.

La determinación iraní de no renunciar al enriquecimiento de uranio y de preservar sus “líneas rojas” resalta la dificultad de alcanzar un acuerdo que satisfaga a ambas partes. Según advirtió el ayatolá Jamenei, mientras Estados Unidos continúe presentando “disparates” y demandas irreales en la mesa de negociación, la posibilidad de un acuerdo definitivo se vuelve cada vez más remota.

Washington mantiene una postura rígida que exige limitaciones estrictas al programa nuclear iraní, incluida la suspensión total del enriquecimiento, algo que Teherán considera una violación inadmisible de su soberanía y derechos internacionales. Este enfoque ha provocado un creciente escepticismo en Teherán, que no oculta la frustración ante lo que percibe como la falta de voluntad estadounidense para ofrecer una solución realista.

Las tensiones se mantienen elevadas, mientras Irán reitera su compromiso con un programa nuclear pacífico y legítimo, y Washington continúa con demandas que Teherán considera inaceptables. El futuro de estas negociaciones, en este contexto, sigue siendo incierto, pero queda claro que si no se alcanza un acuerdo, la responsabilidad recaerá en gran medida sobre las exigencias poco flexibles de Estados Unidos.