El premier indio ha arribado este viernes a una base militar en Ladakh (noroeste), una región fronteriza que el pasado 15 de junio fue escenario del peor enfrentamiento militar en 45 años entre China y La India.
“Aquellos que son débiles nunca podrán iniciar la paz. La valentía es un requisito previo para la paz”, ha asegurado Modi en declaraciones ante las Fuerzas Armadas de La India, tras recorrer la zona, acompañado por el jefe de Estado Mayor, el general Bipin Rawat, y el jefe del Ejército, general Manoj Mukund Naravane.
El premier también ha lanzado un aviso, supuestamente, para China. “La era del expansionismo ha terminado” y la historia ha probado que los expansionistas “han perdido o se han visto obligados a retroceder”, ha dicho.
Modi ha elogiado el “sacrificio y coraje” de las fuerzas indias desplegadas en la zona del Himalaya y, refiriéndose a los más de 3300 de metros de altitud en que se encuentra la posición, ha remarcado que “su valor es más alto que la altitud en la que estáis apostados hoy”.
El Gobierno chino no ha hecho esperar su respuesta. La portavoz de la embajada china en La India, Ji Rong, ha afirmado en un mensaje de Twitter que “no tiene fundamento ver a China como ‘expansionista’, exagerar o fabricar disputas con los vecinos”.
Los enfrentamientos entre Pekín y Nueva Delhi surgieron a raíz de la construcción, por la parte india de una carretera en el valle del río Galwan, en Ladakh, situada en la disputada región de Cachemira. Un informe publicado el mes pasado en el diario South China Morning Post, afirma que, pese a que las tropas de ambos lados se han retirado por ahora, las décadas de construcción de carreteras a lo largo de los 3500 kilómetros de la frontera no se han detenido, lo que hace probable una mayor confrontación.
Pekín ha llamado en reiteradas ocasiones a Nueva Delhi a retirar lo antes posible a sus fuerzas de la región fronteriza en disputa para evitar una escalada de tensiones en la zona; sin embargo, La India desoye las advertencias del gigante asiático. El Gobierno de La India reclama alrededor de un tercio de la superficie total, mientras que China reclama dos tercios de la misma.
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