• El ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier (izda.), durante una rueda de prensa conjunta con su homólogo saudí, Adel al-Yubeir, en la capital de Arabia Saudí, Riad, 19 de octubre de 2015.
Publicada: lunes, 11 de enero de 2016 6:59

La próxima visita a Arabia Saudí del ministro alemán de Exteriores, cuando solo han pasado diez días de la ejecución de unas 50 personas en ese país, incluido el sheij Al-Nimr, está levantando ampollas entre la clase política germana.

La visita fue anunciada en diciembre por la embajada alemana en Riad. Estaba previsto que el jefe de la Diplomacia de Berlín, Frank-Walter Steinmeier, junto a representantes de empresas e instituciones alemanas como Volkswagen y el estado de Baden-Wuerttemberg, acudiera al festival folklórico anual de Al-Yanadriya, cuya celebración está prevista para principios de febrero. 

Dadas las ejecuciones en masa, considero que participar en un festival cultural es inapropiado”, estima el exministro alemán Norbert Röttgen.

Sin embargo, pese a la importancia de los lazos económicos entre Alemania y Arabia Saudí, la reciente ejecución del prominente sheij opositor chií Nimr Baqer al-Nimr, junto a 46 personas más, ha puesto de manifiesto el papel desempeñado por Riad en la promoción del extremismo takfirí en el Oriente Medio, y multiplicado las voces críticas al viaje de Steinmeier.

“Dadas las ejecuciones en masa, considero que participar en un festival cultural es inapropiado”, ha declarado el exministro Norbert Röttgen, miembro de la Unión Demócrata Cristiana (CDU, en alemán), informó ayer domingo el semanario Welt am Sonntag.

Un funcionario de seguridad saudí dirige al camello ganador de una carrera en el festival folklórico anual saudí de Al-Yanadriya a las afueras de la capital, Riad, 8 de febrero de 2012.

 

También en la CDU, el vicepresidente del partido, Armin Laschet, estima que, dadas las “violaciones flagrantes de los derechos humanos en los últimos días, es inapropiado que el ministro alemán comparta con el régimen de Riad jocosas celebraciones en festivales del desierto”.

Sería incorrecto recompensar a la monarquía por las ejecuciones en masa siquiera con la normalidad engañosa de un festival cultural”, observa el portavoz de Los Verdes, Omid Nouripour.

Por su parte, el portavoz del partido Los Verdes, Omid Nouripour, ha señalado que “sería incorrecto recompensar a la monarquía por las ejecuciones en masa siquiera con la normalidad engañosa de un festival cultural”.

Nouripour fue, ya el día del anuncio de la ejecución del sheij Al-Nimr, uno de los primeros políticos alemanes que cuestionó el alto nivel de las relaciones germano-saudíes.

También la Cancillería emitió, el mismo 2 de enero, un comunicado de condena a la carnicería, en el que alertaba del previsible agravamiento de las tensiones en el Oriente Medio.

El rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz Al Saud (centro), participa —aun como príncipe heredero—en el festival folklórico anual saudí de Al-Yanadriya, 19 de abril de 2011.

 

El Ministerio alemán reaccionó, sin embargo, a las declaraciones de Nouripour asegurando que Riad desempeña un papel central en la lucha contra la banda takfirí EIIL (Daesh, en árabe) y contra sus bases ideológicas: las evidencias, no obstante, hablan de la responsabilidad de los Al Saud como patrocinadores del terrorismo, como reflejan los medios de prensa occidentales y reconoció, de hecho, el propio vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel.

“Desde Arabia Saudí se financian mezquitas wahabíes en todo el mundo”, alertó Gabriel, observando que muchos alemanes creen que “de esas comunidades surgen personas consideradas peligrosas”, aseguró, asimismo, que Berlín dejará de “mirar hacia otro lado” ante el patrocinio del terrorismo por Riad.

En contra de lo afirmado por el Ministerio de Exteriores germano, el vicepresidente de la CDU ha recalcado que Riad no solo no es un aliado contra Daesh, sino que, en realidad, dicho grupo takfirí “solo ha podido extenderse en Siria mediante el apoyo saudí”.

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