“Estos ataques terroristas [en Mali] solo profundizan nuestra voluntad común de luchar contra el terrorismo”, declaró el viernes el secretario estadounidense de Estado, John Kerry.
Estos ataques terroristas [en Mali] solo profundizan nuestra voluntad común de luchar contra el terrorismo”, mostró el secretario estadounidense de Estado, John Kerry.
Unos hombres armados tomaron el viernes como rehenes a alrededor de 170 personas en el Hotel Radisson Blu en Bamako (la capital maliense), tras lo cual mataron a decenas de personas, al menos una de ellas estadounidense.
Anteriormente, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., John Kirby, había informado que varias personas de nacionalidad estadounidense se encontraban entre los rehenes, liberados después por las fuerzas de seguridad malienses.

Conforme al Ministerio de Seguridad de Mali, entre los rehenes se encontraban nacionales de Argelia, Bélgica, Alemania, La India, España, Canadá, China, Costa de Marfil, Marruecos, Rusia, Senegal, EE.UU., Turquía y Francia.
Kerry aseguró que la embajada de EE.UU. en Bamako hará todo lo posible para localizar a todos los estadounidenses en esta ciudad, al mismo tiempo que expresó la disposición de Washington a cooperar con las autoridades malienses en su investigación.
Pese a que la cifra de las víctimas de este atentado varía según las fuentes, el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, anunció el viernes por la noche que este suceso se saldó con 19 muertos y siete heridos, además de afirmar que dos de los atacantes también fueron abatidos.

De acuerdo con medios de comunicación locales, el jefe de Estado maliense declaró, asimismo, el estado de emergencia por un periodo de diez días a raíz de este ataque, reivindicado por el grupo extremista Al-Murabitun.
Al-Murabitun, que proclamó en mayo su lealtad al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), dejó en claro que realizó el ataque en el hotel en “coordinación” con el grupo terrorista Al-Qaeda en el Magreb.
No es la primera vez que el mencionado grupo reivindica ataques contra hoteles en Mali, ya que con anterioridad protagonizó una toma de rehenes en un hotel localizado en la ciudad de Sevare, al norte de la capital maliense, incidente durante el cual un grupo de pistoleros mató a 13 personas, entre ellas cinco trabajadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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